¿Una huelga justificada?

Sebastian Vettel

La huelga sobrevuela el gran circo de la Fórmula 1, por una mera cuestión de seguridad. Los pilotos a día de hoy no han levantado mucho la voz con respecto a la nueva normativa que ha empezado a aplicarse esta temporada.

Tras el Gran Premio de Australia, Sebastian Vettel, actual Campeón del Mundo, fue uno de los pilotos más críticos con el actual reglamento. Vettel, como uno de los tres representante de la GPDA (Asociación de Pilotos de Grandes Premios), declaró en una entrevista a un diario alemán que podrían llegar hasta la huelga en caso de que no se arregle la actual situación. Algunos pilotos como Heidfeld han asegurado que es como tocar el piano con tu teléfono móvil. El piloto de Lotus Renault GP también declaró que cada año el volante está teniendo mayor complejidad y que están llegando al límite.

El caso es que los pilotos se han encontrado esta temporada con la incorporación del alerón móvil (DRS) y, de nuevo, el KERS, sistemas que se deben activar a la vez para obtener un buen rendimiento. Además, también tienen que estar pendientes del volante para saber en que punto pueden activarlos. Estos dos sistemas incluyen más botones en el volante de los monoplazas, lo que se traduce en que deben prestar más atención para activar los sistemas y menos al trazado, todo esto a una velocidad de 300 km/h puede resultar bastante peligroso.

Si conducir hablando por teléfono a 120 km/h, bueno a 110 ahora, resulta peligroso, hacerlo en un vehículo que supera los 300 kilómetros por hora, que puede tener, fácil, entre 20 y 24 botones en el volante (cada uno con una función diferente, por supuesto) puede ser un auténtico quebradero de cabeza.Hay que tener en cuenta que estos sistemas tienen que ser activados por los propios pilotos, que además, tienen que estar pendientes del cambio de marchas, de la situación de carrera, del estado del motor, de las comunicaciones con el equipo, de los coches que pueden ir detrás, de mantener la posición, el ritmo de carrera incluso llegados a este punto de acelerar y frenar.

Está claro que son pilotos profesionales no conductores de la calle, pero también son personas y a pesar de estar concentradísimos y conocer perfectamente los circuitos y saber cada boton para qué sirve, estamos hablado de hacer cerca de 6 movimientos diferentes, todo eso a velocidades de infarto.

Pongámonos en situación: Sexto giro del GP de Mónaco, 47 kilómetros por hora y primera marcha. Se afronta Portier, la última curva antes del túnel, a una velocidad de 81 km/h en segunda velocidad para salir directos al punto más rápido del trazado, en el que, supongamos, hay que activar el DRS, el KERS, subir hasta la séptima marcha para poco después desactivar el DRS, dejar de apretar el botón del KERS, reducir 6 velocidades y encarar la chicane sin salirse del trazado, ya que sino te penalizan. En este periodo, sólo dentro del túnel, se ha pasado de salir de una curva a 81 km/h, para llegar a los 289 en séptima y reducir hasta menos de 100 kilómetros por hora. Todo esto acompañado de reducciones y subidas de marcha (entre 4 y 6), accionamiento de los distintos sistemas, trazada correcta para no irse contra el muro y, si tienes a algún monoplaza cerca, atento a sus maniobras.

Este es el principal problema que ven los pilotos en la actual normativa. Creen que es poco seguro y, objetivamente, lo es. Por este motivo lo primero que van a hacer es hablar con la FIA para mostrarles su posición y si las cosas no mejoran se plantarían llegar hasta la huelga.

Lógicamente la Fórmula 1 necesita espectáculo, pero también seguridad. No hay que olvidar que hablamos de seres humanos y lo más importante, que como les pille Pere Navarro accionando KERS y DRS a cerca de 300 kilómetros por hora se les caerá el pelo seguro.

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