La GP11 es más fuerte que él
A Rossi le costará estar delante
Valentino Rossi
Lo de Valentino Rossi no es normal. Si ya no lo era el dominio aplastante con el que se paseó por el Mundial durante nueve años, con algunos parones entre medio, tampoco lo es la situación que está viviendo ahora. Decimotercero en los últimos entrenamientos de pretemporada, Rossi está viviendo un calvario entre su hombro y los problemas de la Ducati.
El piloto italiano, que difícilmente se iba al suelo en sus años buenos, se ha caído en dos ocasiones esta pretemporada, en parte por el mal estado de su hombro. Dice que hasta finales de mayo no estará curado del todo, algo que suena como una excusa más que como una realidad.
Si la Ducati fuera bien, se entendería que su mala posición se debiera a sus problemas físicos. Pero el decimotercer puesto en el que terminó los últimos tests está muy cercano a la realidad de su moto. Su compañero de equipo, Nicky Hayden, terminó sólo dos décimas por delante de él. Rossi podría hacer algo más con la moto, pero tampoco mucho más.
La Ducati es famosa por su inmanejabilidad. Es indomable y únicamente Casey Stoner ha podido con ella en los últimos años, a veces con más complicaciones de las esperadas. La GP11 en la que se subirá Rossi durante esta temporada tiene todas las características de sus antecesoras, de ahí la posición en la que se hallan tanto el italiano como Hayden.
El italiano reconoce que las Honda se encuentran en otro planeta, en otra división. Stoner y Pedrosa están muy destacados, pero es que Lorenzo y Spies, la punta de lanza de Yamaha, están casi medio segundo por delante de la marca italiana.
Sus problemas no acaban ahí. En ocasiones, algunas Ducati privadas, sin gran apoyo de la marca, han acabado más arriba en la tabla de tiempos. El dolor en el hombro puede ser un factor del retraso del nueve veces campeón del mundo, pero no es el único.
La Ducati no tiene el nivel que se espera de una máquina potente, capaz de lo mejor y de lo peor, como se ha visto en los últimos años. Con Casey Stoner era perfecta, con cualquiera de los otros pilotos que la llevaron fue un desastre. Como parece que será con Rossi.
En el último test ya admitió que no todos sus problemas parten de su hombro. Ha perdido fuerza física, pero también está demostrando que la fuerza mental de la que tanto podía presumir se le está yendo. Ha iniciado la guerra psicológica de esta temporada con Jorge Lorenzo sin ni siquiera haberse medido a él en la pista.
Este año va a ser complicado para el italiano, acostumbrado a ganar casi desde el principio. Le costó dos temporadas con Honda llegar al título mundial. Con el paso de 500 a MotoGP, él fue quien ganó el primer campeonato. Y tras el cambio de Honda por Yamaha, volvió a ganar el mundial. Su sueño, ganar con una moto italiana, parece que tendrá que esperar este año.
