Un torneo descafeinado
Cualquier piloto puede ganar la GP2 Asia
GP2 Series /lainformacion.com /EFE
La GP2 es un campeonato de formación de pilotos que, debido a su éxito, se expandió hasta crear una fórmula paralela, la GP2 Asia Series. Disputada en circuitos asiáticos, en contraposición con la GP2 original, que se corre en Europa, solía contar con unas 8-10 carreras en cada edición.
La de este año era un poco descafeinada, debido a las necesidades de la organización. El anterior monoplaza, que se utilizó entre 2008 y 2010, hacía que la competición tuviese que empezar en 2011 necesariamente, cuando normalmente ocupaba la parte final de un año y el comienzo del año siguiente. Como el nuevo monoplaza sólo estaba disponible desde 2011, las estrecheces en el calendario dejaron la GP2 Asia en seis carreras, divididas en tres fines de semana.
Las revueltas en Bahréin, país en el que se iban a celebrar las cuatro últimas carreras, supusieron un nuevo obstáculo para este campeonato. Se suspendieron las cuatro mangas, por lo que la organización tuvo que encontrar una nueva fecha en la que decidir el campeonato.
Se ha llegado al esperpento de celebrar un torneo que se inició como un esfuerzo por promocionar el automovilismo en Asia en tan sólo dos fines de semana. Lo peor de todo es que la segunda y última cita de una competición asiática será... en Italia. El circuito de Imola acogerá este fin de semana las carreras que darán el nombre del campeón.
Al tratarse de una competición con tan solo cuatro mangas, todos los pilotos pueden conseguir matemáticamente el título. En las carreras disputadas en el circuito de Yas Marina, en Abu Dabi, en febrero, ninguno de los corredores destacó por encima de otro, lo que da más opciones incluso a pilotos que no puntuaron allí.
La GP2 vuelve por tanto a sus orígenes, al Autodromo Enzo e Dino Ferrari, donde vio la luz allá por 2005, cuando era únicamente un campeonato europeo. Y vuelve con dos franceses, Jules Bianchi y Romain Grosjean en las dos primeras posiciones. Los 12 puntos de Bianchi, cuando en un fin de semana se pueden conseguir un máximo de veinte, ponen la acción en la pista más emocionante que nunca.
Las dos carreras serán dos finales, con mayúsculas, para uno de los campeonatos más espectaculares para el espectador. Se esperan adelantamientos imposibles en busca de un título que no ha demostrado en el pasado abrir muchas puertas, pero que siempre viste mucho en el palmarés de un piloto.
Prueba de que significa poco en la carrera de un piloto es que tanto Romain Grosjean, que es segundo, como Davide Valsecchi, tercero, ya lo han ganado en una de las tres ediciones anteriores. A diferencia de la GP2 original, el campeón puede volver a correr en el campeonato tantas veces como quiera, lo que ahonda en el argumento de que de poco sirve conseguir un triunfo en la competición asiática.
El domingo, a las 2 de la tarde, se sabrá quién es el campeón de este torneo descafeinado que nació como apoyo tanto al automovilismo asiático como a las categorías de formación, y que se ha quedado en nada tras cuatro años de andadura. Si repiten triunfo Grosjean o Valsecchi, se demostrará que de poco sirven las GP2 Asia Series.