El último escalón

Media parrilla de la F1 procede de la GP2

Salida de la GP2

Salida de la GP2

Llegar a la Fórmula 1 es un camino complicado, muy complicado. Únicamente 24 personas en todo el mundo tendrán la posibilidad, este año, de subirse a un monoplaza de la máxima categoría a lo largo de todo el año. En total, 24 afortunados que cumplirán o continuarán con su sueño de llegar a lo más alto del automovilismo.

Desde el karting, muchos son los escalones que tienen que subir los pilotos hasta llegar a la Fórmula 1. El automovilismo forma una pirámide por la que ir subiendo año a año y que tiene, en la antesala a la F1, a la GP2, la categoría creada en 2005 para sustituir a la Fórmula 3000.

La GP2 ha supuesto desde entonces un gran trampolín para la Fórmula 1. Lewis Hamilton, Nico Rosberg, Heikki Kovalainen, Pastor Maldonado,... todos ellos pasaron por la GP2 antes o después, para continuar labrándose un camino de ascenso hasta la Fórmula 1. Todos ellos utilizaron el trampolín hacia la gloria, aunque muchos han caído después en el intento.

La GP2 es una categoría monomarca, que obliga a sus equipos a usar el mismo material: motor, chasis y neumáticos son iguales para todos. De este modo, ante la igualdad mecánica, el éxito se basa en las manos de cada piloto, y destaca aquel que tiene mejor visión de la carrera, aquel que sabe sacar el máximo de sus posibilidades. Con un motor rápido, hasta el más negado sabe ir rápido. Con el mismo motor para todos se ven las carencias de cada uno.

Entre 2006 (el año siguiente a la creación de la categoría) y la actualidad, hasta 22 pilotos han pasado por las dos categorías. De ellos, quedan 10 en la Fórmula 1, algunos muy establecidos y con un título en sus vitrinas como Lewis Hamilton, otros recién llegados como Pastor Maldonado, Sergio Pérez o Jerome d'Ambrosio.

Sólo Sauber y Virgin tienen una alineación completa de pilotos procedentes de GP2. Son equipos con menos posibilidades económicas, a los que les viene mejor la llegada de un piloto de este tipo, que siempre suele aterrizar con algún patrocinador bajo el brazo que implica una importante inyección económica en el equipo.

Al otro lado de la balanza se encuentran Rosberg y Hamilton, quienes desde el principio contaron con las garantías de un equipo puntero, Williams y Mercedes en el caso del alemán, McLaren en el del inglés. Estos casos, sin embargo, son mínimos. Casi todos los pilotos se han tenido que trabajar su carrera desde abajo. 

Lewis Hamilton

Son varios los casos de pilotos que han subido a la Fórmula 1 y, al término de la temporada (e incluso antes) han sido desechados por sus equipos, con ansias de resultados. Karun Chandhok o Bruno Senna no llegaron a aguantar el año entero en Hispania, Sakon Yamamoto corrió sólo unas carreras, Nelson Piquet jr. fue sustituido a mitad de temporada por Romain Grosjean.

Pocos son los pilotos que han dado el paso inverso. Tras correr en Fórmula 1, Gianmaria Bruni, Giorgio Pantano y Antonio Pizzonia disfrutaron de alguna temporada en la segunda categoría del automovilismo de velocidad. Incluso uno de ellos, Pantano, consiguió ganar el campeonato, con la esperanza de volver a hacerse un hueco en la F1.

Con casi treinta años, y tras haber pasado por Jordan, los equipos decidieron que el italiano, cuarto campeón de las series, no tenía nada más que ofrecer a los espectadores y a los patrocinadores, y Pantano se quedó sin contrato, convirtiéndose en el primer campeón que no lograba subir de categoría.

El sistema de promoción de pilotos comenzaba a dar síntomas de agotamiento. Si en 2009 fueron 9 los pilotos de GP2 presentes en la parrilla de Fórmula 1, pasado un año sólo eran 11 los que ocupaban los monoplazas de los grandes equipos, cifra que se ha reducido a 10 este año.

Un ex campeón, como Nico Hülkenberg, ha dejado de ser piloto oficial y ha pasado a ser probador después de completar una temporada bastante digna en Williams, eclipsado por la llegada de Pastor Maldonado, el venezolano que cuenta con el apoyo (económico) de todo su país. 

A pesar de la creación de un sistema claro de promoción de pilotos, organizado para que quien destaque sea quien se lo merezca, todavía no se ha conseguido erradicar la figura del piloto de pago. De Maldonado se dijo que llevaba por delante 180 millones de dólares en cinco años para entrar en Williams. Hülkenberg poco podía hacer ante eso.

Aunque puede sorprender por su edad, el vigente campeón de la Fórmula 1 Sebastian Vettel, de 21 años, no procede de la GP2. La Fórmula 3 Euroseries fue el vivero en el que creció el joven alemán, hoy campeón del mundo. Otros como Paul di Resta (campeón del DTM) o Jaime Alguersuari (viene de las World Series) también han llegado sin la necesidad de la GP2.

Es evidente la importancia de este segundo escalón en la subida hasta las carreras del gran circo continental, pero la fórmula, que en sus primeros años dio gran cantidad de pilotos, está cerca del colapso. No hay asientos para tres pilotos nuevos cada año, y menos al precio que se paga la GP2. Los futuros pilotos buscarán nuevas salidas en otros campeonatos con un nivel competitivo similar... o mayor.