El terremoto de Japón daña al motociclismo

El GP de Japón corre peligro

Salida de 125 en Japón /lainformacion.com /Getty Images

Salida de 125 en Japón /lainformacion.com /Getty Images

El terremoto y el posterior tsunami en Japón han devastado gran parte del país y se han cobrado numerosas vidas a su paso. Al imperio del Sol Naciente le costará salir del estado de catástrofe en el que se halla inmerso después de la destrucción que ha llevado la naturaleza al pais nipón.

El desastre del 11 de marzo ha causado daños materiales, personales y económicos, pero también ha afectado al deporte del país. La liga de fútbol ha suspendido sus partidos, y el motociclismo puede seguir el mismo camino. El Gran Premio de Japón de este año, programado para el 24 de abril, corre peligro.

El circuito de Motegi no ha sufrido desperfectos, pero las carreteras que lo rodean y que dirigen a las poblaciones donde se aloja la caravana mundialista están destrozadas. Además, algunas de las alertas nucleares que se suceden a lo largo del país se refieren a centrales cercanas al circuito.

El pueblo japonés ha demostrado en múltiples ocasiones que sabe salir de los momentos malos con mayor facilidad, pero el terremoto va a cortarle las alas al país durante mucho tiempo. La incertidumbre que se cierne ahora sobre la carrera de MotoGP, que ahora mismo sería imposible que se celebrara en su fecha original, apunta a dos posibles soluciones: o el aplazamiento o la suspensión.

Desde la organización del mundial, de la que se encarga la empresa española Dorna Sports, se apunta a que se hará lo necesario por el país, sin obligarle a organizar un Gran Premio que podría ser un desastre si no se dan las condiciones adecuadas para su celebración. Los intereses y la recuperación del país se anteponen a cualquier otro acontecimiento, aunque este sea una carrera del mundial de motociclismo.

La pelota está sobre el tejado de los dirigentes del circuito de Motegi. Ellos serán quienes tengan la última palabra sobre la disputa de una carrera que en los últimos años parece gafada. Si este año han sido un maremoto y un terremoto, la temporada pasada la erupción volcánica del Eyjafjallajökull motivó el aplazamiento de un Gran Premio que pasó de abril a octubre por el cierre del espacio aéreo.

Si se aplazara la carrera para un momento más adecuado, el lugar en el calendario que tendría reservado sería el fin de semana del 2 o del 9 de octubre, tras la carrera de Aragón y antes del periplo transoceánico de Australia y Malasia, que van seguidas.

Pero el motociclismo no sólo están pendiente del GP de Japón, sino también de las instalaciones de Honda y Yamaha en el país. Ambas fábricas se han aprestado a comunicar que sus trabajadores se encuentran a salvo y que, con el tiempo, volverán a la normalidad en sus instalaciones.

Honda ha suspendido los trabajos hasta el 20 de marzo, y ha ofrecido ayudas de dos millones de euros para la recuperación de la zona, además de 1.000 generadores y 5.000 bombonas de gasolina para mantenerlos en funcionamiento.

Por su parte, Yamaha avisa de que su factoría no ha sufrido daños, aunque algunas carreteras de los alrededores se han hundido. Hoy están trabajando, pero decidirán en las próximas horas si a partir de mañana mantienen cerrada la fábrica para que los empleados se centren en los problemas importantes del país. A pesar de estar trabajando, han decidido colaborar en el racionamiento de la electricidad.

El desastre natural ha dado de lleno en el mundo del motociclismo. Sin embargo, tanto Motegi como Yamaha y Honda serán capaces de superar las adversidades, tarde o temprano.